Los cardos son una de esas verduras que muchas veces descartamos comer por evitar pasarnos un poco más de tiempo pelándolos y limpiándolos a diferencia de otras verduras.
Uno de los problemas de los cardos, así como el de las alcachofas, es que nos ennegrecen las manos al pelarlos. Un truco muy obvio es el usar guantes de látex, que nos permiten mayor manejo en la cocina, para cortarlos.
Los cardos conviene limpiarlos y cortarlois justo antes de prepararlos, ya que de lo contrario se ennegrecen. Recurrir al truco del limón nos aportaría un sabor ácido en la receta que tal vez no sea muy conveniente. Lo que sí podemos hacer es añadir harina al agua de cocción para que salgan más claros una vez hervidos.
A la hora de limpiarlos quitamos con el cuchillo el troncho del cardo y los separamos en ramas. Las lavamos una a una para quitarles la tierra y la suciedad.
A continuación con un cuchillo quitamos las esquinas de cada rama y les vamos quitando esas incómodas y características hebras del cardo poco a poco. A partir del extremo de la rama en la hoja vamos estirando con el cuchillo de las hebras hacia abajo y veremos como se deshilan fácilmente. Si queremos insistir más en la eliminación de las fibras, podemos pelar el cardo con un pelador de patatas.
Ahora las varas ya están listas para trocearlas y hervirlas, pero si queremos hacerlas más cómodas de comer, podemos dividir cada rama en dos partes antes de hacerlas cuadraditos.
A la hora de hervirlos, hay quien aconseja cambiar el agua una vez para eliminar el amargor de esta hortaliza. La primera vez los hervimos solamente en agua durante unos veinte minutos. Escurrimos y los ponemos de nuevo a hervir esta vez en agua salada durante unos quince minutos más.
Imagen: Tusrecetas
