La cocina tiene mucho de química y de laboratorio. Junto a los niños, vamos a ponernos una bata blanca y a meternos en la cocina-laboratorio para aprender a hacer yogur. Veréis que con leche y un yogur, y no por arte de magia, sale más yogur. No es un milagro, son cosas de la naturaleza.
El secreto está en que si alimentamos el yogur con leche caliente, las bacterias que hay en el yogur producen una fermentación que transforma los azúcares de la leche en ácido láctico. De esta forma la leche se va espesando y convirtiéndose en yogur.
El yogur se usa desde la antigüedad. Se cree que se formó espontáneamente por la
acción del calor del sol sobre los recipientes en los que se guardaba la leche, que estaban hechos con pieles o estómagos de animales en los que se encuentran las bacterias que forman el yogur.
Una vez hecho, sin abrir el bote el yogur se conserva 8 o 10 días. Una vez abierto, es preferible consumirlo en unos 4 días.
Yogur casero, ¡clase de química!
La cocina tiene mucho de química y de laboratorio. Junto a los niños, vamos a ponernos una bata blanca y a meternos en la cocina-laboratorio para aprender
Imagen: Mujerglobal