Ingredientes: 1 y 1/2 tazas de claras de huevo (unas 10 o 12), 1 taza de azúcar blanquilla, 1/2 taza de azúcar glass, 1 taza de harina de repostería, 1 cucharadita de cremor tártaro, una pizca de sal, 2 cucharaditas de aroma líquido de vainilla
Preparación: Primeramente mezclamos en un recipiente amplio la harina y el azúcar glass. Seguidamente lo tamizamos un par de veces para que quede una mezcla bien suelta.
Comenzamos a montar aparte las claras con las varillas eléctricas. Cuando empiecen a espumar, añadimos la sal y el cremor tártaro y continuamos batiendo hasta que formen unos picos suaves, momento en el que podemos ir añadiendo el azúcar poco a poco. Seguimos montando las claras y echamos también la vainilla líquida.
Una vez que tengamos listo el merengue, le vamos incorporando la mezcla de harina y azúcar poco a poco y en forma de lluvia con la ayuda de un colador, removiendo mediante movimientos envolventes de abajo hacia arriba y abajo y de lado a lado. De esta manera no se nos bajarán las claras y la harina se integrará bien.
A continuación pasamos la masa al molde sin engrasar y lo introducimos en el horno previamente precalentado a 175º durante unos 50-60 minutos. Tras comprobar con una aguja que el interior del bizcocho está seco, retiramos el molde del horno y y lo dejamos una noche entera boca abajo apoyando el tubo central sobre una botella o algún objeto cilíndrico. Este truco hace que aumente la esponjosidad del bizcocho. Pasado el tiempo de reposo, lo desmoldamos con ayuda de un cuchillo, y lo decoramos.
Imagen: Zoebakes, Picasa
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