Se puede hacer con requesón o con ricotta, queda bien con ambos. Se hace en un momento y es tan sencillo que los peques estarán encantados de echarnos una mano. El resultado es un bizcocho grande, de sabor suave y muy blandito… una merienda perfecta para tomar en familia o un tenempié delicioso que podemos llevar incluso a la piscina.
Lo decoramos con azúcar glas, espolvoreándolo con un colador. Pero podéis hacerlo más completo y «divertido» poniéndole chocolate fundido.
Una vez más los ingredientes son sencillos y fáciles de encontrar. ¿Os animáis a hacerlo? Ponedle el delantal a los peques y… ¡a disfrutar!
- 4 huevos
- 180 g de azúcar
- 300 g de harina
- 250 g de ricotta o de requesón
- 30 g de aceite de oliva virgen extra
- 1 sobre de levadura para dulces
- Mantequilla
- Harina
- Azúcar glas
- Ponemos los huevos en un bol amplio. Los batimos con las varillas.
- Añadimos el azúcar y mezclamos todo bien.
- Incorporamos el aceite y la ricota y seguimos mezclando.
- Echamos ahora la harina y la levadura y lo integramos todo con una cuchara de madera.
- Ponemos nuestra mezcla en un molde redondo (de unos 28 cms de diámetro) o rectangular (de 30×40).
- Horneamos a 180º (horno precalentado) durante 25-30 minutos aproximadamente o hasta que veamos que está dorado.
- Una vez frío, desmoldamos y cortamos en cuadraditos nuestro bizcocho. Espolvoreamos la superficie con azúcar glas.
Más información – Sandía con chocolate y nueces
Sé el primero en comentar