Disfrutamos del otoño con cremas tan sencillas como esta. No nos vamos a complicar troceando la calabaza (sabéis que está muy dura) sino que la vamos a hornear primero, con la propia piel.
Una vez asada rescatar la pulpa será muy fácil. Pero no solo eso, al hornearla el sabor de la calabaza es aún más rico y eso se nota en el resultado de la crema.
La vamos a hacer con leche de soja, así la pueden tomar incluso las personas intolerantes a la lactosa.
- 1400 g de calabaza
- Un chorrito de aceite de oliva virgen extra
- 40 g de cebolla
- 40 g de puerro
- Sal
- Hierbas aromáticas
- Leche de soja no azucarada
- Lavamos, troceamos la calabaza y la ponemos en una fuente apta para horno.
- La horneamos a 180º durante 50 minutos aproximadamente. Estará lista cuando la pinchemos con un tenedor o palito de brocheta sin tener que hacer fuerza.
- Cuando esté lista la sacamos del horno y nos quedamos con la pulpa (no nos servirán las pepitas ni la piel).
- Ponemos un chorrito de aceite en una cacerola.
- Troceamos la cebolla y el apio y los rehogamos.
- Añadimos a continuación la pulpa de la calabaza.
- Incorporamos la sal y unas hierbas aromáticas. Cocinamos unos minutos todo junto.
- Cubrimos con leche de soja, como se ve en la foto.
- Cocinamos todo unos 10 minutos más.
- Trituramos con la batidora o con un robot de cocina y servimos caliente.
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