Las recetas de la abuela pasan a las madres y, si somos un poco cocinillas, las aprendemos los hijos. Casi semanalmente mi madre solía, y suele, preparar este arroz amarillo con magro de cerdo no demasiado complicado de hacer. Eso sí, hazlo
con cariño y a fuego lento. Es así como se cocinan esas recetas caseras que tan buen sabor tienen y que impregnan la casa con su olor a la hora de comer. Este arroz es
muy sabroso y cómodo de comer, ya que no tiene huesos que estorben (como le pasa
al que lleva pollo). Total, que
le dedico este post a mi madre en su día...
Preparación:
1. Ponemos al fuego una cacerola amplia con un buen fondo de aceite y doramos el magro con un poco de sal y la hoja de laurel. Cuando la carne tome un color uniforme, la retiramos de la cacerola y la pasamos a un plato.
2. En ese mismo aceite, preparamos un sofrito con el tomate pelado, el pimiento y el ajo picaditos. Cuando estén muy bien pochadas, devolvemos la carne a la olla. Echamos el resto de especias y el colorante rectificamos de sal. Vertemos un buen chorro de vino y dejamos reducir a fuego lento para que el magro a la vez se ponga tierno.
3. Entonces, echamos el arroz en la cacerola, mareamos un poco y cubrimos con agua caliente. Salamos si es necesario y cocemos el arroz a fuego lento, removiendo de vez en cuando, durante unos 18 minutos. Es el momento de decorar el arroz con unas tiritas de pimiento rojo, incluso podemos añadir un poquito del jugo de la conserva, y dejamos reposar unos 5 minutos con la olla tapada y servimos.
Receta inspirada en la imagen de
Miabuelareme