El falafel es una receta milenaria que consiste en una especie de croqueta de garbanzos o habas típica de países como India, Pakistán y el Oriente Medio. Se suele servir acompañada de con salsa de yogur y en forma sándwich de pan de pita como el kebabo como entrante. Hoy día es muy común encontrarlos en los establecimientos de kebab.
Al igual que el paté de lentejas que os hemos recomendado en el post anterior, los falafel son una buena manera de que los niños coman legumbres. Para ellos es más apetecible el hacerlo con la textura de una pasta o puré y con el garbanzo camuflado en el relleno de una croqueta.
Ingredientes: 250 gramos de garbanzos secos, 1 cebolla, 2 dientes de ajo, cilantro y perejil fresco, comino molido, canela en polvo, pimienta, pimentón, una cucharada de levadura, harina o pan rallado, sal y aceite.
Preparación: Deja los garbanzos en remojo un día antes de hacer los falafel para que se pongan tiernos. Pasadas esas 24 horas, los escurrimos y les retiramos la piel si lo preferimos, ya que los vamos a triturar sin cocinarlos. Es así como se hace con los auténticos falafel.
Trituramos en un robot los garbanzos, y después seguimos picando la cebolla y los ajos. Finalmente echamos las especias y la levadura y mezclamos. Dejamos reposar esta masa en la nevera un par de horas.
Pasado este tiempo damos forma redonda a los falafel y los emborrizamos en la harina o el pan rallado y freímos en abundante aceite hasta que estén dorados y crujientes. Antes de servirlos los ponemos sobre papel de cocina.
Imagen: Ozutto
Sé el primero en comentar