Vamos allá con una receta de aprovechamiento que los peques nos van a agradecer. Utilizaremos las lentejas que nos han sobrado como si fuera un ragú de carne, para hacer una deliciosa y original lasaña.
Normalmente, cuando sobran lentejas en casa, suelo hacer puré. Pero esta vez he ido más allá y las he transformado en ese plato que tanto gusta a todos: la lasaña.
Si tenéis un robot de cocina tipo Thermomix podéis aprovecharlo para preparar la bechamel. Si no, tendréis que elaborar esta salsa en un cazo, de la manera tradicional.
- 1 litro de leche
- 50 g de mantequilla
- 100 g de harina
- 1 cucharadita de sal
- Nuez moscada
- Lentejas guisadas que nos hayan sobrado
- Unas placas de lasaña
- Mozzarella
- Podemos preparar la bechamel en Thermomix (si la tenemos) poniendo todos los ingredientes de la bechamel en el vaso (harina, mantequilla, leche, sal y nuez moscada) y programando 12 minutos, 100º, velocidad 3.
- Si no tenemos thermormix, ponemos la mantequilla en un cazo amplio y la dejamos fundir. Una vez fundida añadimos la harina y la rehogamos durante dos minutos aproximadamente.
- Vamos añadiendo la leche, poco a poco, removiendo en todo momento para evitar que se formen grumos.
- Cuando la tengamos hecha vamos a ir montando la lasaña.
- Ponemos bechamel en una fuente de horno.
- Cubrimos con unas láminas de pasta y ponemos salsa de tomate sobre la pasta.
- Ahora ponemos unas cucharadas de lentejas ya cocinadas.
- Ponemos otra capa de pasta y cubrimos con bechamel.
- Repetimos las capas y terminamos con el resto de la bechamel que nos haya sobrado.
- Ponemos en la superficie la mozzarella en trocitos.
- Horneamos a 180º durante 20 minutos aproximadamente.
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