A la hora de prepararlo podemos emplear hígado de aves como el pato o la oca, además del pollo. Es importante lavar muy bien las vísceras, además de retirarles la hiel y conservarlos un par de horas en agua muy fría para eliminar la sangre y el sabor amargo.
Para aromatizar el mousse, podemos emplear algunas hortalizas, especias y licores que nos servirán tanto para macerarlos durante una media hora como para incluirlos en la preparación.
Ingredientes: Una vez preparados los hígados tal como hemos indicado, los secamos bien (los hayamos marinado o no) y los salpimentamos. Los ponemos en una sartén con un chorrito de aceite para dorarlos ligeramente. El interior debe quedar jugoso y tierno.
Una vez listos, los retiramos y conservamos un poco del aceite de la sartén. Sofreímos una cebolla bien picadita hasta que se ablande. Añadimos entonces un chorreón del licor del macerado y reducimos a fuego medio. Entonces añadimos los higadillos de nuevo y cocinamos unos 10 minutos.
Una vez frío el rehogado, trituramos en la batidora los hígados con el jugo de cocción hasta formar una pasta homogénea. Añadimos mantequilla y un poco de nata montada o claras montadas en frío para tener la textura deseada, que debe ser suave y untuosa. Refrigeramos la mousse en un molde bien tapado hasta una media hora antes de servirla.
Imagen: Comidayvinos
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