Este pan de molde es el que suelo hacer últimamente para los sandwiches de los niños. Queda blandito, muy tierno, y todos los ingredientes que le vamos a poner son buenos.
Se hace con yogur, leche y aceite de oliva. Parte de la harina que le pondremos es integral pero podéis hacerlo, si queréis, utilizando solo harina refinada.
Con estas cantidades salen dos unidades, dos panes. Si os parece demasiado podéis cortarlo en rodajas y congelarlo para que esté siempre como recién hecho.
- 120 g de agua
- 190 g de leche
- 240 g de yogur natural no azucarado
- 2 cucharaditas de azúcar
- 20 g de levadura fresca de panadería
- 30 g de aceite de oliva virgen extra
- 700 g de harina de trigo
- 300 g de harina integral o de cereales
- 2 cucharaditas de sal
- Ponemos en un robot amplio (o en el bol de la amasadora) la leche, el agua, el yogur, la levadura y el azúcar.
- Mezclamos con una cuchara de palo.
- Añadimos el resto de ingredientes.
- Amasamos, mejor en amasadora (con el gancho).
- Dejamos reposar la masa dentro del bol hasta que la masa doble su volumen (entre una y dos horas).
- Preparamos dos moldes tipo plum cake, poniendo una lámina de papel de horno y untando con un poco de aceite la parte lateral que no haya quedado cubierta con el papel.
- Dividimos la masa en dos y formamos los panes.
- Los ponemos dentro de los moldes extendiéndolos bien para que cubran toda la base.
- Dejamos reposar de nuevo (unas dos horas) hasta que leve.
- Precalentamos el horno a 180º. Horneamos a esa temperatura durante 35 minutos aproximadamente.
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