¿Habéis visto qué delicia de patatas? Crujientes y tostadas por fuera y suaves por dentro, con todo el sabor de los ajos fritos, la cebolla y el pimiento verde. Pues estas son las famosas patatas panadera, tan frecuentes en toda la gastronomía española como acompañamiento de platos de asados de carne o pescado. Incluso, en casa, nos gusta mucho acompañarlas con huevo frito, chorizo y morcilla.
La única pega de este plato es que debemos prepararlo en el momento, porque luego las patatas una vez frías y recalentadas no están tan buenas. Eso sí, podremos dejar todo cortado y listo para freírlo en el último momento. Si lo hacemos así, las patatas las debemos conservar sumergidas en agua para que no se oxiden y después, escurrirlas muy bien antes de freírlas.
También podemos dejarlas muy adelantadas en la fritura y terminarlas en el horno con el asado que estemos haciendo (carnes o pescados). En cualquier caso, la clave para unas buenas patatas panadera es no tener prisa.
- 3 patatas medianas
- 1 pimiento verde
- 6 dientes de ajo sin pelar
- 1 cebolla
- aceite de oliva para freír
- sal
- Cortamos la cebolla en aros finos. Reservamos.
- Cortamos el pimiento verde en trozos de unos 2-3 cm de ancho.
- A los ajos les damos un pequeño golpe con el canto del cuchillo para chascarlos ligeramente y que desprendan más aroma, pero sin que se rompan.
- Pelamos las patatas y las cortamos en rodajas finas (como para tortilla).
- Mezclamos en un bol grande las patatas, la cebolla y el pimiento. Añadimos sal al gusto.
- Ponemos abundante aceite en una sartén muy amplia (de forma que las patatas queden cubiertas con el aceite) y calentamos.
- Añadimos primero los ajos para que aromaticen ligeramente el aceite y a los 2 minutos añadimos el resto de ingredientes.
- Cocinamos a fuego medio-bajo unos 15-20 minutos dándole vueltas cada 5 minutos hasta que estén tiernas y doradas.
- Sacamos directamente a una fuente escurriendo muy bien el aceite.
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Que ricas ¡
Gracias por esta receta tan sencilla