Normalmente el pavo siempre ha tenido mala fama. O por los chistecillos navideños o por su carácter insípido, siempre se ha visto relegado a formar parte de cocidos mayores o bien a la triste plancha. Hoy os proponemos una nueva forma de comer esta carne que puede resultar exquisita.
Ingredientes:
Pechugas de pavo
Pimientos del piquillo
1 trozo de queso Roquefort
Tomate frito
Sal
Pimienta
Especias al gusto
Preparación:
Abrimos las pechugas como un libro, siempre intentando que el corte sea longitudinal y que la pechuga esté bien abierta para luego rellenarla. Es el momento de añadir la sal, la pimienta y las especias al gusto (aconsejamos tomillo, romero y comino).
Cogemos los pimientos del piquillo, le quitamos el líquido que traen y los doramos un poco en una sartén. Cuando estén doraditos es el momento de ir colocándolos en las pechugas, una loncha de queso (semi curado o de sandwich) culminará el conjunto.
Cerramos las pechugas ayudándonos de palillos de dientes para que queden bien selladas. Las pasamos por harina, huevo y pan rallado y a freír.
Mientras tanto cogeremos una cazuela donde pondremos una base de salsa de tomate a calentar. Cuando esté a una buena temperatura añadiremos el roquefort y movemos hasta que se funda. Los pimientos que nos hayan sobrado (tened en cuenta que las pechugas con 2 pimientos están listas) también los añadimos al conjunto. Cuando tengamos una salsa anaranjada metemos la batidora y dejamos la salsa bien fina.
Servimos con la salsa aparte o bien bañando la pechuga, al gusto del comensal. Maridaje con vino blanco, espumoso o cava. Esperamos vuestros comentarios sobre esta receta.
Imagen: Univisión.
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