El pollo así cocinado gusta mucho a los niños por su textura y sabor suave. Tiene calabaza que queda blandita y jugosa y también un poco de puerro, más delicado que la cebolla.
Yo he acompañado el pollo con unas patatas panaderas pero se puede servir con arroz blanco o con una simple ensalada.
Si después de preparar el pollo os queda calabaza podéis utilizarla para elaborar esta tarta. Tendréis el postre solucionado.
- Un chorrito de aceite de oliva virgen extra
- 750 g de pollo en trozos
- 30 g de puerro
- 130 g de calabaza
- 80 g de vino blanco
- Un chorrito de agua (si lo consideramos necesario)
- 1 hoja de laurel
- Sal
- Ponemos en una cacerola o cocotte el chorrito de aceite. Sellamos el pollo por ambos lados.
- Cuando esté ligeramente dorado ponemos sobre él el puerro y la calabaza en trozos.
- Añadimos también el vino blanco.
- Incorporamos la hoja de laurel.
- Removemos y cocinamos a fuego medio durante unos 10 minutos. Pasado ese tiempo ponemos la tapadera y seguimos cocinando a fuego lento.
- Controlamos de vez en cuando la cocción y añadimos un poco de agua si consideramos que se está secando demasiado.
- Servimos el pollo con la verdura.
Más información – Tarta de calabaza asada, Ensalada murciana
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