El turrón blando es más fácil de comer para los niños pequeños y su aplicación en postres es más versátil debido a que es más fácil de derretir, batir o triturar.
Si estas Navidades servimos un surtido de turrones caseros seguro que nuestros invitados notan que somos nosotros los artífices de la receta nada más llevarse el trocito a la boca.
Invitad a los niños a la cocina cuando hagamos este tipo de productos artesanos que los niños están acostumbrados a tomarlos directamente comprados en el súper y quizás no sepan ni lo que contienen.
Ingredientes: 400 gramos de miel, 200 gramos de azúcar, 1 clara de huevo, 700 gramos de almendras peladas y tostadas, ralladura de limón
Preparación:
Molemos las almendras sin que queden completamente en polvo.
Echamos la miel y el azúcar en un cazo y lo ponermos a calentar a fuego lento removiendo con una cuchara de madera hasta que estén bien disueltos y tengamos una mezcla espesa. Apartamos entonces del fuego.
Batimos espumosa la clara del huevo y añadimos a la mezcla de miel y azúcar. Ligamos muy bien y sin parar de remover durante 10-15 minutos y luego ponemos nuevamente a fuego lento hasta que la mezcla comience a caramelizarse tomando un color más oscuro.
Añadir las almendras a la mezcla y la ralladura del medio limón. Mezclamos bien y dejamos enfriar durante 5 minutos.
Echamos la pasta en moldes forrados con papel antiadherente de forma que quede el turrón con un espesor de unos dos dedos. Dejamos enfriar unas 3 o 4 horas que para tome consistencia. Desmoldamos y cortamos al gusto con cortapastas o en barritas.
Imágenes: Askfrancisco, Nutridieta
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