Esta es una de esas recetas con las que podemos pasar la tarde entretenidos. Los niños estarán encantados de ayudarnos a elaborar estas rosquillas caseras.
Son geniales para el desayuno y también para la merienda. Se conservan muy bien en bolsas de plástico (tipo zip) y también en las tradicionales latas.
Otra opción que tenéis es congelarlas. De este modo estarán siempre tiernas.
Ahora que comienza el frío a lo mejor os apetece acompañarlas de un buen chocolate a la taza. Yo os dejo nuestra sugerencia: Chocolate a la taza suave, con leche condensada.
Rosquillas caseras
Una receta tradicional para alegrarnos los desayunos