Trucos para hacer un buen pastel

En las comidas especiales todos los invitados dejamos un huequecito en el estómago para probar el postre o el pastel a pesar de que sea el último plato y ya nos hayamos metido entre pecho y espalda unos aperitivos y dos platos. Si se trata de una merienda o una fiesta de cumpleaños, el pastel es el rey. Por lo tanto, el elaborar un buen pastel puede hacer que nos llevemos el aplauso de los comensales.

Con los trucos de Recetín quizás lo tengáis más fácil. Veamos qué podemos hacer para conseguir un pastel de campeonato.

Empezamos por la masa. Si queremos obtener un bizcocho esponjoso, es conveniente separar las claras de las yemas. Primero batimos bien las yemas con el azúcar y unimos al resto de los ingredientes, pero las claras las montamos a punto de nieve y las añadimos una vez hayamos amasado lo demás.

Para saber en qué momento el bizcocho está en su punto, introducimos en él una aguja. Si sale seca, es que el bizcocho ya está listo. Si no esperamos un poco porque la humedad nos indica que el bizcocho aún tiene masa cruda en el interior.

Si le vamos a poner nata montada como relleno o adorno, hay que saber que la nata cuanto más fría esté, mejor y más rápido se monta. Por otro lado, añadir azúcar a la nata mientras la montamos le aportará más consistencia.

Respecto al merengue, un truco muy sencillo para que no nos baje demasiado rápido es ponerle una pizca de sal a las claras.

A la hora de hacer una crema o masa a la que añadamos tanto nata como merengue debemos de echar éstos sobre la masa o crema y no al revés, porque de ese modo perderíamos la esponjosidad de la nata o el merengue. Cuando estemos mezclando, lo hacemos con una varilla manual y con movimientos envolventes de abajo hacia arriba, para dar de esa forma aire a la masa y evitar que se baje. Y recordad, nunca debemos remover o agitar fuertemente a la hora de ligar nata o merengue con otra preparación.

Y por último, un consejo para las coberturas de chocolate o de crema que hacemos para las tartas. Tanto si la cobertura es de huevo como de chocolate, a la hora de espesarla o fundirla en el caso de uno y de otro, nunca debemos hacerlo al fuego directamente. Hay que hacerlo al baño maría. Si lo pusiéramos al calor directo, el huevo se cuajaría y se nos cortaría la crema, quedándole aspecto poco agradable. De la misma forma, el chocolate se quemaría, le saldrían trazas y sabría amargo.

Respecto al molde, lo mejor es engrasarlo y enharinar un poco por las paredes. Respecto a sus características, que sea antiadherente y desmontable en la base para desmoldar mejor y sin tener que voltearlo o pasar el cuchillo.


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