¿Sabías que el vinagre balsámico es mucho más que un aliño? Además de tener un sabor diferencial, que hacen que los platos sepan mucho mejor, sus propiedades van mucho más allá. Este vinagre proviene de la cocción que se le aplica al mosto de las uvas. Se transforma en un almíbar espeso que se deja fermentar, y como si de un vino se tratara, una vez listo, se coloca en barricas para que quede añejo durante al menos 3 años. Lleva un proceso de elaboración de añejamiento que no tiene otro vinagre.
¿Cómo debemos usar el vinagre balsámico?
Es perfecto para aliñar las ensaladas, queda estupendamente en vinagretas, mezclando proporcionalmente una cucharada de vinagre balsámico, una de aceite de oliva y una de mostaza de Dijón. Si quieres darle un toque más dulzón, se puede incluir una cucharada de miel. ¡Queda deliciosa!
Además, podemos utilizarlo para aderezar platos de carne, verduras y ensaladas de hoja verde. Cuando utilizamos el vinagre balsámico para cocinar platos calientes, has de añadirlo en el plato justo antes de quitar la comida del fuego. De esta forma, haremos que los alimentos se impregnen con su sabor sin perder su especial aroma.
Si lo vas a utilizar para aderezar ensaladas, como consejo, respeta siempre el orden de aliñar: Primero, la sal, después, el vinagre balsámico y finalmente el aceite. Si quieres conocer más trucos, echa un ojo a la web de Borges.
Disfruta de los mejores platos con vinagre balsámico.