En estos días de frío y de celebraciones lo ideal es empezar la comida calentándonos el cuerpo y el estómago
con un consomé calentito. En Recetín ya os hemos enseñado en varios post a hacer un buen caldo de carne o pescado sabroso, limpio y clarificado.
Esta vez os vamos a ayudar a darle más color al caldo, para que entre mejor por los ojos de los más reacios a tomar sopita, que de vez en cuando hay que tomarla porque es un plato ligero que nos hidrata y reconforta.
El secreto está en dorar los huesos, la carne y las verduras bien rehogándolos en una olla o bien en el horno antes de que comiencen a hervir en el agua. De esa manera, el tono tostado que han adquirido los ingredientes al dorarse, se fundirá en el agua de cocción del caldo dando como resultado un consomé con un color vivo y un sabor más acentuado que lo hace más apetecible que si fuera claro, blanquecino y algo insípido.
Imagen: Iñigoaguirre
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