Los dulces árabes son un peligro. Son pequeños y se comen de bocadito, pero son tan dulces, tiernos y crujientes a la vez que una vez que empiezas a comerlos no es tan fácil parar. Generalmente se sirven con el té, pero para los niños quedan ideales en una merienda con un buen vaso de leche o un batido casero. Si los prefieres como postre, solos están deliciosos. No les hacen falta nada más.
Ingredientes para 4: 250 g. de pasta filo, 125 g. de mantequilla sin sal, 300 g. de frutos secos variados pelados y picados (pistachos, nueces, almendras, pasas, avellanas…), almíbar aromatizado (2 tazas de azúcar, 1 taza de agua, 2 cucharadas de zumo de limón, 3 cucharadas de agua de azahar, 3 cucharadas de miel, 1 rama de canela)
Preparación: Comenzamos haciendo el almíbar. Para ello disolvemos el azúcar y el zumo de limón en el agua. Dejamos que hierva durante 15 minutos junto con la rama de canela. Añadimos el agua de azahar y hervimos un par de minutos más. Disolvemos la miel en el almíbar y reservamos.
Para los pastelitos, primero derretimos la mantequilla. Colocamos las hojas de pasta filo unas sobre otras, pincelándolas con la mantequilla y alternando con el picadillo de frutos secos esparcido entre ellas. Partimos en cuadrados de unos 5 cm. las hojas y las doblamos en forma de triángulo o de libro. Los colocamos en una fuente de horno con papel antiadherente y los metemos en el horno precalentado a 170 grados durante unos 15 minutos. Entonces los retiramos del horno y los bañamos con el almíbar y los volvemos a espolvorear con frutos secos. Los dejamos enfriar y que reposen durante un día.
Imagen: Sensaciones grises
2 comentarios, deja el tuyo
Ummm. parece que lo puedo preparar….este dulce me fascina. Gracias por la receta
Claro!! Anímate a prepararlo! :)