Continuamos con la segunda parte del post sobre las frutas de temporada otoñal que publicamos hace pocos días. Esta vez vamos a hablaros sobre dos jugosas frutas. Las granadas y las manzanas.
Primero es el turno de la granada. Originaria del Oriente Próximo y del interior de Asia Menor, posee una cáscara gruesa en cuyo interior encontramos unos granos de pulpa jugosa de color rojo intenso. Aunque empieza a aparecer en los mercados a mediados de septiembre, es entrado el otoño cuando esta fruta nos ofrece estos granos en toda su plenitud, y se mantiene hasta finales de enero. Para saber que estamos comprando una buena pieza, es muy importante que la piel esté dura y tersa, que presente un color vivo con matices marrones y que tenga un peso considerable respecto a su tamaño.
Las granadas son ricas en agua, vitaminas A, B y C, potasio, fósforo, cloro, magnesio, calcio y sodio. No aportan muchas calorías, aunque por su dulzor aparenten tener abundantes carbohidratos. La granada es un alimento digestivo, antioxidante y depurativo. Además de tomarla en grano, su zumo viene muy bien a los niños ya que ayuda a proteger la garganta de los repentinos cambios de temperatura en otoño.
La manzana, originaria de europa, es una de las frutas más comunes en nuestra mesa y de las que más variedades se venden en el mercado. Más o menos redondeadas, dulces o ácidas, rojas, amarillas o verdes, más crujientes o suaves. La época de cosecha abarca la primavera, finales de verano y principios de otoño, pero las manzanas están disponibles en el mercado durante todo el año, debido a sus excelentes y saludables condiciones de conservación.
Desde el punto de vista nutritivo la manzana es una de las frutas más completas y enriquecedoras en la dieta, de hecho forma parte de las primeras papillas o zumos de fruta que damos a los bebés. Es rica en agua y azúcares, fibra, vitamina E y potasio. Además de tomarla como pieza de fruta o en macedonia, cosa que siempre recomendamos a los niños, es una fruta muy versátil en la cocina. Se acomoda a guarniciones y postres perfectamente. Se nos viene a la mente la famosa tarta tatín (el clásico pastel de manzana y crema), la compota, la manzana caramelizada típica de los puestos ambulantes, cubierta de chocolate, en yogur, en bizcochos… ¡Nos quedamos sin espacio para continuar con las aplicaciones de la manzana!
Imagen Principal: Cienpies
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muy buena fotos