Este puede ser uno de los postres más ricos y sencillos que yo conozco. Lo importante es preparar las fresas con leche con antelación, para que la fruta macere en la leche y que ésta, la leche, acabe sabiendo a fresas.
Espectacular si las fresas están bien maduras. Así que, si tenéis fresas en casa y veis que pronto se van a estropear, no dudéis en probarlo.
A los niños les encanta. Les gusta incluso prepararlo por lo que os animo a que os dejéis ayudar y les invitéis a pasar un ratito en la cocina.
- 500 g de fresas
- ½ litro de leche
- 2 cucharadas de azúcar
- Lavamos bien las fresas y, con un cuchillo, retiramos las hojitas (pedúnculo).
- Las troceamos y las ponemos en un bol.
- Cubrimos nuestras fresas con leche.
- Añadimos el azúcar.
- Mezclamos bien con una cuchara y cubrimos el bol con film transparente.
- Reservamos unas horas en el frigorífico.
- Cuando las queramos consumir las ponemos en pequeños cuencos o en vasos. La leche habrá cogido el sabor de las fresas. Frías están buenísimas.
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